Tina Modotti, fotógrafa y revolucionaria - En el C C Borges

100 fotos de Tina Modotti se exponen en el Centro Cultural Borges de Buenos Aires. Hasta el 7 de julio.
Tina Modotti es considerada hoy una de las fotógrafas más importantes del siglo XX.

El miércoles 23 de mayo a las 19 se inauguró en el Centro Cultural Borges, la exposición "Tina Modotti. Fotógrafa y revolucionaria", que recoge la obra de la extraordinaria fotógrafa italiana que fue amiga de Diego Rivera, Frida Kahlo y David Alfaro Siqueiros, y que registró imágenes inolvidables de México en las primeras décadas del siglo pasado.


La muestra está organizada por la Galerie Bilderwelt, de Berlin, y el Centro Cultural Borges, y se exhibió por última vez en el Museo Kunst Haus Wien en el mes de junio de 2010.

Modotti tuvo una vida- para el imaginario colectivo-, probablemente novelesca: fue desde actriz en Hollywood, militante revolucionaria en México, activista contra el fascismo en Italia, luchó del lado de la República en la Guerra Civil española, trabajó con el Partido Comunista en Moscú y murió en circunstancias misteriosas a los 46 años.

Esa existencia vertiginosa y fugaz no le impidió dejar centenares de imágenes de gran valor artístico y documental, en particular las referidas a las décadas posteriores a la Revolución Mexicana, un período crucial de la historia de ese país.

La exposición del Centro Cultural Borges, curada por Reinhard Schultz y Blanca María Monzón, está integrada por un centenar de fotografías que recogen los tramos más importantes de su producción.

Modotti desarrolló toda su obra fotográfica durante su estadía en México, entre 1923 y 1930, y se convirtió en la fotógrafa preferida de los grandes muralistas, Rivero, Orozco y Siqueiros. "Pese a este corto período de tiempo, el nivel de su obra, es comparable a aquel al que muchos arriban después de una vida" afirma Monzón, y agrega: "Su estética repercutió decisivamente en el panorama de la fotografía mexicana. Del mismo modo que la pintura de Diego Rivera, Orozco y Siqueiros influyeron en la propia. (...) Su obra fotográfica es un paradigma de la fusión entre la cultura revolucionaria mexicana y la estética fotográfica vanguardista".

Su vida

Tina Modotti nació en Udine, Italia en 1896 y falleció en México 46 años después. A los 16 años dejó su lugar natal y emigró a Estados Unidos a encontrarse con su hermana y su padre. Allí trabajó como modelo, se dedicó al teatro y al cine, y conoció al pintor Roubaix de L´Abrie Richey, quien la introdujo al mundo del arte. Tiempo después conocería también al fotógrafo Edward Weston, con quien estableció en principio una relación de trabajo como modelo, que luego se derivó a una relación sentimental. Esa relación fue sin duda relevante en el plano artístico, ya que dio lugar a una de las colaboraciones más interesantes de la fotografía del siglo XX.

“Pero su encuentro con México fue el hecho que marcó su vida -señala la curadora-, porque con este país Tina hizo espejo, identificándose social, política y culturalmente. Con Weston introdujeron la práctica de la fotografía vanguardista entre los artistas mexicanos. Más adelante vendría el posicionamiento político en una comprometida militancia con el comunismo, la cual mantuvo hasta el final de su vida.”

A fines de la década del 30, después de pasar 12 días en la cárcel, Modotti dejó México y se fue a Berlín, donde trabajó un tiempo para varias publicaciones, aunque pocas de sus fotos sobrevivieron. De allí se trasladó a Moscú y se incorporó a Socorro Rojo Internacional (SRI). Ya no volvería a retomar la fotografía.

Luego de un pasaje por París, el estallido de la guerra civil española la encuentra en ese país colaborando con las tropas republicanas en el frente de combate. En esos años se hace amiga de Pablo Neruda, Rafael Alberti, Miguel Hernández. Y luego de pasar por numerosos países regresa a México donde fallece en circunstancias misteriosas el 5 de enero de 1942.

La lápida que cubre la tumba muestra un relieve de su perfil, creado por Leopoldo Méndez, y algunas palabras del poema que Pablo Neruda escribió días después de su muerte "TINA MODOTTI, HERMANA, NO DUERMES..."



Centro Cultural Borges

Viamonte esq. San Martín

Informes: 5555-5359 / 4311-4865

Horarios: lunes a sábado de 10 a 21. Domingos y feriados de 12 a 21

De lo Espiritual en el Arte (un fragmento del libro de Kandinsky)

La sumisión a la escuela, la búsqueda de
la línea general, la exigencia en una obra
de principios y de medios de expresión
propios de la época, conducen por falsos
derroteros, y necesariamente desembocan en
la confusión, la oscuridad y el
enmudecimiento.
El artista debe mostrarse ciego ante las
formas reconocidas o no reconocidas, sordo a
las enseñanzas y los deseos de su tiempo.
Sus ojos atentos deben dirigirse hacia
su vida interior y su oído prestar únicamente
atención a la necesidad interior. Entonces
sabrá utilizar con la misma facilidad
tanto los medios permitidos como los
prohibidos.
Este es el único camino para expresar
la necesidad mística. Todos los medios son
sagrados, si son interiormente necesarios, y todos son sacrílegos si no brotan de la fuente de la necesidad interior.
Por otra parte, aunque hoy se teorice hasta el infinito acerca de este tema, la teoría es prematura. En el arte la teoría nunca va por delante arrastrando tras de sí a la praxis, sino que sucede todo lo contrario.
En arte todo es cuestión de intuición, especialmente en sus inicios. Lo artísticamente
verdadero sólo se alcanza por la intuición, y más aun cuando se inicia un
camino. Aunque en la construcción general pueda intervenir la teoría pura, el elemento
que constituye la verdadera esencia de la creación no se crea ni se encuentra nunca
a través de la teoría; es la intuición quien da vida a la creación. El arte actúa sobre la
sensibilidad y, por lo tanto, sólo puede actuar a través de ella. Con el cálculo matemático y
la especulación deductiva, aunque se basen en medidas seguras y pesos exactos, nunca se
obtendrán resultados artísticos. No se pueden formular matemáticamente esas medidas, ni
se encuentran esos pesos.  La medida y el equilibrio no están fuera sino dentro del artista, constituyendo lo que podríamos llamar su sentido del límite, su tacto artístico —cualidades innatas del
artista que se potencian hasta la revelación genial gracias al entusiasmo. En este sentido
hay que entender también la posibilidad de aquel bajo continuo en la pintura presagiado
por Goethe. Por el momento sólo intuimos una gramática pictórica de este tipo; cuando
se realice se basará no tanto en las leyes físicas (como se ha intentado y se insiste en intentar con el cubismo), sino en las leyes de la necesidad interior, que podemos calificar de anímica.
Se observa pues que en el fondo de cada pequeño problema, y en el del mayor problema
de la pintura, se halla siempre el factor interior. El camino en el que nos movemos
actualmente y que constituye la mayor felicidad de nuestra época, es el del despojo de lo externo para oponerle su contrario: la necesidad interior. El espíritu, como el cuerpo, se fortalece y desarrolla
con el ejercicio. El cuerpo abandonado se vuelve débil e impotente, y lo mismo le sucede al espíritu. La intuición innata del artista es un talento evangélico que no debe enterrar. El artista que no hace uso
de sus dotes no es más que un esclavo perezoso.
Por lo tanto es necesario, y en ningún caso nocivo, que el artista conozca el punto de partida de estos ejercicios, que consiste en la ponderación del valor interior de su material con una balanza objetiva...

Luego de ver MEDIANERAS

Los alumnos del taller de Palermo, salieron a la calle a buscar imagenes que surgieron a partir de compartir la película Medianeras de Gustavo Taretto


ANABELLA MÓNACO







PATRICIA BRYANT





VICTORIA MICOL DELGADO